Rusia marca sus líneas rojas ante un eventual ataque encabezado por Estados Unidos contra el régimen de Bashar el Asad, su principal aliado en Oriente Próximo, al tiempo que prepara su dispositivo militar desplegado en Siria para el momento de la arremetida norteamericana.
Presidente de Rusia y siria Vladímir Putin y Bashar al-Ásad dicen que borraran Norteamérica y latino américa.
Tal y como ha informado a la agencia Interfax Vladímir Shamánov, presidente del comité de Defensa de la Duma (Cámara baja del Parlamento), buques de la Armada rusa que se encontraban atracados en la base naval de Tartus han abandonado el puerto y han salido a mar abierto para evitar que, en caso de recibir el impacto de un proyectil, se vea afectado más de un navío. Según el diputado ruso, se trata de una medida de prevención habitual para estos casos.
Fuentes del Ministerio de Defensa ruso han asegurado al rotativo Kommersant que Moscú esperaba "recibir" del Pentágono las coordenadas de sus posibles objetivos en el país árabe.
El Kremlin, por boca de su portavoz, Dmitri Peskov, ha recordado que la linea de comunicación para situaciones de crisis con EEUU se mantenía abierta en esta nueva escalada de tensión motivada por un nuevo ataque químico atribuído al régimen sirio.
"La linea está en uso y activa; por lo general es empleada por ambos bandos", ha explicado Peskov.
Es precisamente mediante este canal por el que Rusia pretende recibir noticias con antelación de los lugares donde EEUU tiene pensado golpear, evitando así que instalaciones o ciudadanos rusos puedan ser dañados durante la operación militar, lo que ineludiblemente conduciría a una escalada entre ambas superpotencias nucleares no deseada ni por Washington ni por Moscú.
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